La
tierra que Felipe Meléndez había utilizado para pastar ganado desde
1960 en la aldea Poza del Llano, Moyuta Jutiapa, dejará de ser suya,
pues ha decidido venderla para que en ella se construya parte del
Corredor Interoceánico de Guatemala (CIG), el cual conectará el comercio
del océano Pacífico con el del Atlántico. “De boca en boca me enteré
que buscaban propiedades en esta región que siempre estuvo abandonada.
Cuando los contacté, les propuse el valor de mi finca y aceptaron las 18
manzanas”, refiere Meléndez. En Los Amates, Izabal, la situación de
Marvin Cameros no dista mucho de la de Felipe. Su pastizal, que
comprende unas 20 manzanas es otra de las 2 mil 919 propiedades que ya
están negociadas para echar a andar la red ferroviaria, una autopista,
un oleoducto y dos puertos, que incluye el proyecto.
Los trámites registrales de las tierras tardarán alrededor de seis meses
y juntas formarán la finca más grande del país, afirma Anabella de
León, jefa del Registro de la Propiedad. El proyecto, cuyo costo se
estima supere los 9 mil millones de dólares (Q72mil millones), abarcará
los departamentos de Izabal, Zacapa, Jutiapa, Jalapa y Chiquimula, así
como 46 municipios, agrupados en nueve mancomunidades. Estas gozarán de
un 12% de las actividades económicas del corredor y un 5% será para
quienes vendieron sus tierras, pues quedarán como accionistas.
En total, la conexión interoceánica tendrá una extensión de 372
kilómetros de largo y 140 metros de ancho. De estos, 10 servirán para la
colocación del oleoducto; 60 para la red ferroviaria, y 30, para la
autopista. De acuerdo con Guillermo Catalán, presidente de Odepal
Internacional, empresa encargada de la obra, una alianza público-
privada es la que financiará la instalación de la infraestructura que
contempla tres fases. La primera etapa, que es el acomodamiento de todo
el terreno, será de 2013 a 2015. Luego arrancará la segunda, de
instalación de oleoductos y bases del tren, y de 2019 a 2021, la
carretera.
Para la carga y descarga de contenedores se utilizarán dos nuevos
puertos, que serán construidos en Puerto Barrios, Izabal y Moyuta,
Jutiapa, cada uno con capacidad para recibir cinco buques
simultáneamente. En la etapa de construcción se generarán alrededor de 3
mil 500 a 10 mil puestos de trabajo directos e indirectos. Mientras
que en el primer año de operación se estima que sean 5 mil. “Para llegar
a esto, se han coordinado estudios desde 1999, lo cual nos ha permitido
ir dando respuesta a las demandas del proyecto”, explica Catalán.
Nicholas Virzi, analista económico de la Universidad Rafael Landívar,
considera al megaproyecto como una enorme oportunidad de desarrollo para
todos, tomando en cuenta la posición geográfica de Guatemala y que este
surge cuando la economía se desplaza a los mercados emergentes en el
sur y oriente. “Si se hacen bien las cosas, la riqueza retornará, ya que
son muchas las comunidades involucradas”, añade. Y enfatiza que la idea
es hacerle competencia frontal al Canal de Panamá y el país está a la
altura del reto, siempre y cuando nada se corrompa.
En cuanto a la viabilidad para desarrollar esta megaobra y el impacto
competitivo que tendrá, Javier Zepeda, secretario ejecutivo de la Cámara
de Industria, informa que en los próximos días tendrán un acercamiento
con los responsables del proyecto, para conocer detalles y emitir
criterio.
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