Desde mayo, los departamentos del oriente, del centro y del
litoral pacífico de Guatemala, un área que se conoce como el corredor
seco, han padecido lluvias irregulares y sequía. Al menos 25 niños del
área han muerto de desnutrición y miles de familias cuyos cultivos han
sido devastados por la sequía corren el riesgo de pasar hambre.
En respuesta a esta crisis, el presidente Álvaro Colon decretó el
estado de calamidad el 9 de septiembre pasado. Se acuerdo con fuentes
locales, las familias en los departamentos de Baja Verapaz, Chiquimula,
El Progreso, Jalapa, Jutiapa, Santa Rosa y Zacapa han perdido entre el
50 y el 80 por ciento de sus cultivos anuales de frijol y maíz. Muchos
atribuyen la falta de lluvia, las sequías y las olas de este año al
fenómeno “El Niño”, que intensificó a causa del cambio climático global.
Catholic Relief Services (CRS) planea responder a los problemas
inmediatos causados por el hambre y preparar a las familias para que
puedan soportar futuras sequías. CRS, junto a su socio local SHARE,
espera llegar a más de 8.000 familias en las comunidades más afectadas,
incluyendo el departamento de Jalapa, donde actualmente 132 niños corren
el riesgo de morir a consecuencia de la desnutrición.
El programa de un año, además de distribuir alimentos a los niños
vulnerables, las mujeres embarazadas y madres que acaban de dar a luz,
ofrecerá educación sobre cómo prevenir la desnutrición y otras
enfermedades comunes. Sería vital para el programa poder contar con
promotores de salud de la comunidad que visiten a las familias en su
hogar, monitoreen el crecimiento de los niños y busquen signos de
desnutrición y otras enfermedades infantiles.
CRS también les ofrecería semillas, herramientas y capacitación a las
familias para que planten huertas y críen ganado, y así tener una
fuente de alimento variada y constante. Ya que los agricultores de la
región tienen suelos poco fértiles y es probable que carezcan de agua en
el futuro, CRS les enseñaría prácticas agrícolas centradas en la
reforestación, la conservación de suelos y la protección de los recursos
de agua.
“Esta crisis pone de manifiesto que los agricultores pobres y sus
familias, especialmente los niños, no pueden cultivar alimentos
suficientes a causa de los patrones meteorológicos cambiantes y la
deforestación de sus tierras. Además de ofrecer ayuda alimentaria
indispensable en esta instancia de suma necesidad, debemos también
ayudar a los agricultores para que se recuperen de las malas cosechas y
reducir su vulnerabilidad en el futuro”, dijo Karen Latham, directora de
programas en Guatemala.
Robyn Fieser es asociada regional de comunicaciones en la
región de América Latina y el Caribe para Catholic Relief Services. Su
oficina está en Ciudad de Guatemala, Guatemala.
Brandon
Sandoval, de 11 meses, pesaba tan solo 4 kilos 300 gramos (9,5 libras)
cuando debió ser internado en el Hospital Nacional Nicolasa Cruz en
Jalapa. Brandon es uno de los 16 niños que está siendo tratado en el
hospital por desnutrición y enfermedades relacionadas con el hambre.
Foto de Robyn Fieser
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